Ubicado en la Mesopotamia Argentina al Noreste de la Provincia de Misiones y a una hora de las Cataratas de Iguazú, “La torre”, es el primero en construirse de una serie de edificios autosuficientes diseñados por el estudio Borrachia como parte de un emprendimiento integral de eco-turismo llamado Karadya Bio-reserva .
Promovidos por una pareja de biólogos en el corazón del corredor biológico que une a los parques naturales provinciales Urugua-í y Foerster, en una zona única en el mundo por su biodiversidad y características ambientales, cada uno de estos edificios proyectados intentará relacionarse con la selva de diferentes formas; El "mirador" , una cabaña que disfruta del estrato mas alto y las vistas lejanas , la "cabaña puente", por la que atraviesa un pequeño arrollo y que se nutre de la fauna y flora de las zonas mas húmedas de la selva, las "madrigueras" , unas construcciones muy pequeñas que se colocan al ras
del suelo y en contacto con el estrato inferior, y el "SUM", un edificio de 40 metros de largo por 6 de ancho que contiene todos los programas sociales y comunes de la reserva , (comedor , estar, auditorio, cocina y servicios ) y que emerge de la selva por entre los árboles hacia una fuerte pendiente por sobre la entrada a todo el biolodge.
”La torre”, motivo de la presente nota, es el único de ellos que atravesando los distintos estratos de la selva se eleva hasta la copa de los árboles colocándose a la altura de observación de una fauna y flora particular para cada estrato. Su condición de edificio inserto en la espesura cerrada de forestación y con árboles de mas de 20 metros de altura lo posiciona en una situación muy diferente a la que existe para los mismos estratos en áreas de vegetación mas baja, o que ha sido talada en algún momento y vuelto a crecer, o en la margen de un río.
El terreno, con una leve inclinación hacia el camino de acceso, hacia donde se vuelca la vista del dormitorio en el último piso, favorece la esbeltez del edificio y lo eleva alrededor de 15 metros por sobre la cota de llegada. Una vez atravesado este camino y alejándose de la torre el terreno cae abruptamente logrando que las vistas abiertas de la cabaña hacia la selva frente a ella sean privilegiadas.
Por otro lado y en contraposición, las tres caras restantes, la que contiene la escalera y los accesos, la que abre las vistas del estar-comedor con un espacio de balcón, y el baño en la planta superior miran a la selva cercana y sumen al edificio en su espesura .
Los dos ambientes que restan y completan el programa son la "galería" o estar exterior en planta baja, y la azotea de deck o "mirador". Ambos poseen vistas hacia todas estas situaciones por igual y desde distintas perspectivas en relación con la altura. Estar en ambos lugares implica comprender la selva en todas sus dimensiones y relacionarse con las diferentes especies, flora y fauna, que la habitan.
Por todo esto, la ubicación de la torre es ideal para el avistamiento de aves, y por sus características constructivas se presta a si misma como nido de las "familias" que podrán albergarse en los muros perforados y dispuestos especialmente para ellas. Estos “nidos” pueden ser abiertos desde dentro de la cabaña y así observar sin ser descubiertos, a través de un vidrio y a la manera de un “voyeur” o un investigador la forma de vida y el hábitat de las especies que suelen anidar en ellos.
Cada orificio de nido posee un tamaño particular que a la manera de catalogo releva las distintas posibilidades de anidar de los pájaros según sus dimensiones.
Concebida íntegramente en madera, desde su estructura de soporte hasta el sistema de revestimientos, de tecnología autóctona y tradicional (basado en el sistema de tabla y tapa-juntas) y activada por diferentes mecanismos pasivos de acondicionamiento interno ; recolección y calentamiento de agua ; refrigeración y calefacción por geotermia , ventilaciones cruzadas, cubierta con espacio de cámara de aire o sobre techo , etc.., etc.. . La cabaña torre , al igual que todas las demás construcciones pensadas para la bio-reserva, explotan en el sentido no invasivo los condicionantes del sitio , al mismo tiempo que los materiales y la mano de obra local, produciendo una simbiosis total con el medio socioambiental de su emplazamiento.
Entendemos que este relevamiento particular de la selva con sus diferentes estratos y el comprender a la arquitectura como un catalizador en estado activo y de interacción con las diferentes especies de flora y fauna que pueblan el lugar, tiene como objetivo fundamental el promover una manera de pensar y hacer arquitectura en consonancia con las necesidades de un mundo que reclama cambios en nuestra forma de relacionarnos con el ámbito natural.
Todo lo que resta es dejar el campo abierto a la experimentación y trabajar con el cuidado que estos lugares esenciales para la vida en la tierra merecen.