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foto: Petr Šmídek, 2008 |
El edificio Torres Blancas se encuentra en Corazón de María 2/Avenida de América 37 de Madrid. El proyecto, de Francisco Javier Sáenz de Oiza, es de 1961, y las obras se prolongaron desde 1964 hasta 1969. Con este edificio, su primer proyecto internacionalmente conocido, Sáenz de Oiza, que vivió el resto de su vida en el edificio, ganó el premio de la Excelencia Europea en 1974.
Torres Blancas fue un experimento propiciado por un cliente, Juan Huarte (propietario de la constructora del mismo nombre, Huarte), que se significó en los años sesenta del siglo XX por su apoyo a la vanguardia española, construyendo algunos de los mejores edificios de España en los años sesenta y setenta.
El edificio, de 71 metros de altura, es una estructura a base de cilindros rodeados en todo su perímetro por balcones con celosías de madera.
Tiene veintiuna plantas, destinadas a viviendas y oficinas, más dos plantas adicionales en lo alto del edificio. Una de las plantas intermedias está reservada para las instalaciones generales y en la azotea hay una serpenteante piscina.
A pesar de su nombre, se trata de una única torre, que tampoco es blanca, sino gris, de hormigón visto. El proyecto original consistía en dos torres de "blancas". El efecto blanco se conseguiría añadiendo polvo de mármol blanco al hormigón, esta idea no se acabó realizando por problemas de presupuesto, al igual que la otra torre proyectada. La estructura del edificio es de hormigón armado, careciendo de pilares. Son las paredes externas y la estructura vertical interna los elementos que garantizan las funciones de sustentación.
La pretensión de Oiza era construir un edificio de viviendas singular, de gran altura, que creciera orgánicamente, como un árbol, recorrido verticalmente por escaleras, ascensores e instalaciones, como si fueran los vasos leñosos del árbol y con las terrazas curvas agrupadas como si fuesen las hojas de las ramas.
Oiza tomó de Le Corbusier la idea del racionalismo de construir viviendas con jardines en altura y de Frank Lloyd Wright las propuestas organicistas de su torre Price, realizando una síntesis personal de ambas tendencias, que es generalmente reconocida como una de las obras maestras del organicismo.